jueves, 28 de agosto de 2008

Tela apalabrada


Mucho se habla últimamente del "bespoke", término que los sastres de Savile Row han intentado, sin éxito, defender como denominación de origen (recientemente la Oficina Internacional de Patentes y Marcas les ha denegado su uso exclusivo), y que se podría traducir por "hecho a medida", pero que literalmente quiere decir "apalabrado".

Su uso para definir el traje hecho a medida viene del uso de las mejores sastrerías de Savile Row en las que, hasta que el traje no estaba terminado, entregado y conforme, no podía tocarse para ningún otro fin la pieza de tela que se estaba utilizando que, por tanto, estaba apalabrada o reservada para ese cliente.

Son famosos los trajes a medida de las sastrerías de esa calle londinense que ya he mencionado dos veces y que no voy a mentar una tercera. Allí se encuentran, entre otras, casas con tanto abolengo como Davies & Son, que viste al mismo Calvin Klein; Gieves & Hawkes, proveedor de varios miembros de la Casa Real; Hardy Amies, que, además de haber sido hasta 1990 modisto de Isabel II, diseñó los trajes de "2001, una Odisea del Espacio"; Henry Poole & Co., creadores del smoking; Norton and Sons, con su lema"simple y elegante", que es la casa que mejor conecta con el público más joven; Edward Sexton, que es la sucesora de los "advenedizos" de Nutters of Savile Row, firma que abrió en 1969, conocida por haber diseñado los trajes que tres de los cuatro Beatles llevan en la portada del álbum Abbey Road (fotografía que, además, fue improvisada); y Oswald Boateng, sastre ghanés en cuyos talleres gustan de vestirse Will Smith, Samuel L. Jackson, Keanu Reeves, Mick Jagger, Jamie Foxx o Russell Crowe. También las hay importantes en Nueva York y Milán (París tiene más renombre en moda femenina, aunque no dudo que contará con magníficos sastres). En España, sin embargo, no son muchos los sastres que quedan (hemos logrado cargarnos esa profesión, lo que es un dudoso honor), y los que quedan suelen estar en grandes capitales, vestir a (algunos de) los más ricos y poderosos (recuerden que al actual Presidente del Real Madrid le criticaban que, pese a su pose modesta, se le notaban las marcas de sastre del traje cortado a medida... ¡¡¡cuánta envidia hay en el mundo!!!), y cobrar precios bastante elevados (hablamos de no menos de 1.500 € por traje). Aunque, claro, si por un Boss, un Armani o un Brioni "de serie" hay que desembolsar entre 900 € y 1.500 €, a mi no me parece tan descabellado, pues ningún traje queda como el que te cortan a medida. Siempre habrá quien prefiera la marca, claro, y yo lo respeto. Pero para mi, aparte de lo bien que queda lo que hacen a tu medida, me parece mal negocio renunciar, por llevar una marca, al disfrute que proporcionan las sesiones de medida, prueba y ajuste en la sastrería, entre piezas de tela, con su olor inconfundible, alguna de ellas desplegada sobre la mesa y con el corte que ha de hacerse marcado en tiza.

Sin embargo, con la moda actual, todos quieren tener trajes a medida y no faltan la picaresca de gente que utiliza inadecuadamente el término "bespoke", que debería aplicarse sólo y exclusivamente al traje hecho de principio a fin a mano (corte de telas, costuras, planchado, etc.) y de forma artesanal, a lo que más bien es un prêt-à-porter, esto es, te toman las medidas, las mandan a fábrica, donde una máquina, y según unos patrones prefijados, corta las piezas de tela, y luego ajustan en una prueba. Pero esto, amigos, es, como diría una persona que yo me sé, un bespoke "de los chinos".

El bespoke auténtico considera mil parámetros a fin de adaptar el traje a la persona, y un buen sastre debe aconsejarte ya no sobre el largo del pantalón, de las mangas o de la chaqueta, sino ayudarte a elegir el tipo de cuello adecuado, el corte posterior de la chaqueta, el número de botones, el corte y tamaño de las solapas... y, por supuesto, preguntarte si "cargas" a izquierda o derecha para evitar "incomodidades testiculares".

Por eso, yo voy a ver si encuentro un sastre que sepa lo que hace y que me trate bien en los precios a cambio de regalarle la maravillosa idea de abrir una línea bespoke, publicitarla debidamente y ser yo el primero que hable bien de lo bien que corta.

Sin renunciar, por supuesto, a hacerme un traje en Savile Row un día de estos (o cada temporada, si me tocan los Euromillones)

4 comentarios:

  1. Me han cosido varias veces distintas cosas pero, sin duda, en femenino no tiene la misma ceremonia.
    Leyéndote dan ganas de volverse hombre sólo para hacerse un traje a medida.

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  2. La parafernalia que tiene que acompañar a la hechura artesanal de un traje tiene que ser toda una experiencia.

    Me encantan los trajes, aunque me los ponga muy poco. Hace dos años me regalaron un libro, 'El manual del perfecto caballero'(que debería aprovechar más, la verdad), y allí leí por primera vez de esas tiendas inglesas de alta confección.

    Me ha encantado esta entrada. Elaborada con todo primor, rigor y gusto. Y la idea final me parece buenísima. Estaré esperando para cuando la pongas en marcha.

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  3. Miss Sybarite: Tú quedarías bien hasta vestida de hombre. Aunque te diré que algunos de los sastres que menciono, visten también a mujeres. Sin ir más lejos, el traje de novia de Bianca Jagger fue diseñado y cosido en Nutters of Savile Row.

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  4. The Blogolist:
    Tú eres un caballero sin necesidad de Manual.
    Gracias por los halagos.
    Y descuida, que te avisaré cuando ponga en marcha mi "plan".
    Por cierto, ¿tú a qué lado cargas?

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