martes, 30 de diciembre de 2008

Una noche para brillar


Mañana daremos la bienvenida al 2009 y un momento así no puede pillar desprevenida a ninguna sibarita. Yo ya tengo mi modelazo preparado: vestido de raso de seda natural estampado en colores varios sobre fucsia, corto, muy original, con escote enorme, para llevar con un top morado debajo, medias turquesa y zapatazo bien alto, de punta redonda, en rosa.

¿El pelo? Este año mandan los tupés. Yo me estrené con ellos en 2007 pero con otra ocasión, así que, sí, será mi opción esa noche. Si alguna no tiene tiempo de pasar por la peluquería, es cuestión de cardar bien la base, colocar perfectamente cada mechón en su sitio y laca, laca, laca... ya sabéis...

Ahora, parte esencial del look: el maquillaje. No make up, no glam. Y aquí iba yo, a dar mis recomendaciones personales sobre todo ese montón de productos que pueblan nuestras beauty cases. La oferta es enorme y es fácil perderse a la hora de elegir pero una ya tiene varios masters y cree poder dar algunos consejos.

Lo primero y esencial es no escatimar en el presupuesto: sólo existen ls primeras marcas. La diferencia de calidad es abismal y la inversión siempre es rentable: algunos productos duran incluso años y, lo que es más importante, bien aplicados permanecerán en vuestra cara todo el día. Un producto barato es dinero tirado y maquillaje volatilizado (por no hablar de texturas, aromas, tonos...).

Sería eterno entrar en productos concretos o especiales, así que me limitaré a dar unas pinceladas. Mis elecciones en general son las siguientes:

· Base de maquillaje: es fundamental para aquellas ocasiones en las que queremos que un maquillaje espectacular no se mueva del sitio durante horas y horas. Ejemplos: salidas nocturnas potentes y bodas. Personalmente es un producto que no compro (lo suplo con polvos, como más adelante explicaré), aprovecho las muestras que me regalan en mi perfumería, y me han resultado bien todas las marcas (insisto, hablamos siempre de primeras marcas).

Lo más importante es extenderla bien (¡esos corros!). Nada más antiestético que una mujer con un cerco alrededor de la cara, que además evidencia la diferencia de tono con su piel. Elegid colores naturales, un poquito más subidos que el vuestro porque luego los polvos matizarán. Y aunque os digan que lo mejor es aplicarlo con esponja y a golpecitos, que es una estupenda alternativa, si queréis simplificar la tarea y aseguraros de que el resultado es perfecto, nada como las manos. Repartid la base como si de una crema se tratara. Ya me lo contaréis...

· Polvos: esenciales. Los prefiero compactos, sobre todo por practicidad a la hora de utilizarlos, y me quedo con los de La Prairie. Son más caros que cualquier otro pero duran muchísimo y proporcionan un acabado muy natural. Los siguientes en mi lista, los Mat Lumière de Chanel (en realidad es un maquillaje compacto con acabado polvo). Ambos pueden utilizarse en húmedo, con lo cual tenemos dos acabados posibles porque mojando la esponja se convierten en una base y muy consistente. Si la quieres, los aplicas así y con otra esponja o el revés de esa te das el acabado en seco sobre esa primera capa.

· Correctores e iluminadores: La elección es indiscutible, el Touch Éclat de Yves Saint Laurent. Si lo aplicáis bajo los polvos sirve de corrector y si lo usáis sobre ellos, de iluminador. Además, el tipo de envase es ideal: aplicador de pincel mediante pulsiones en la parte superior del tubo, que tiene un émbolo que lo va empujando, con lo cual se aprovecha al completo.


· Sombras de ojos: Sin duda, Dior, en cualquiera de sus versiones. Son eternas. También Chanel y Helena Rubinstein. Lo más importante es trabajarlas mucho. Cuanto más lo hagáis más fijación ganarán (de nuevo los dedos son un aliado estupendo, aunque hace falta cierta pericia). Imprescindible contar con pinceles para difuminar, conseguiréis miradas espectaculares. Y no tengáis miedo a las mezclas -color sobre color-, permiten resultados únicos. Dos detalles: uno, tened en cuenta qué tonos realzan más el de vuestros ojos y dos, llevadlos siempre combinados con el resto del atuendo.

· Delineadores: Para lápices, los de Sisley (sobre todo los que llevan cristales de brillo), que incluso tienen un difuminador incorporado. Si buscamos un look Audrey Hepburn, nada mejor que La Ligne de Chanel (sigo usando la primera versión, que tiene unos 18 años, así que calculad lo que dura...), siempre que se tenga la maña necesaria para dibujar la línea a mano alzada ¡que no todo el mundo es capaz! Y si en lugar de un trazo firme queremos un efecto suave pero absolutamente mágico, el Khôl en polvo suelto de la línea Terracotta de Guerlain (ojo, siempre, siempre cae algo sobre las mejillas: brocha gruesa preparada para hacer desaparecer los restos sin apenas tocar la cara, que si no, nos quedaremos con las manchas).

· Máscara de pestañas: Imprescindible. Imprescindible. Imprescindible. Negra. Negra. Negra. Si queréis que dure impecable horas y horas y más horas, elegidla waterproof, aunque luego es necesario un desmaquillador para ídem (sustituible por cualquier sustancia oleosa que tengáis en casa, por ejemplo, aceite de almendras o incluso de oliva en caso de apuro). Personalmente uso un rizador antes de aplicar el rimmel, que debe ser el paso final del maquillaje de ojos para evitar que el polvo de la sombra o el perfilador caiga sobre él y lo arruine. Mi elección, de nuevo Dior (sobre todo, Diorshow, de aspecto muy natural pero efecto súper dramático) o Chanel.

· Colorete: Es uno de mis productos favoritos, por favorecedor. Aquí, para mí, Chanel es imbatible gracias a sus tonos irisados, con un toque de nácar (además tiene un delicado aroma de rosas). La tendencia punta en el maquillaje este año es el punk así que podemos ser tan irreverentes como nos apetezca a la hora de dar color a las mejillas.

:: Gloss Show, de Dior, con microcristales de luz infinita ::

· Labios: Ya sabéis que son el punto de contraste con los ojos. Sólo podemos elegir uno de los dos como foco de atención en el que volcar el color (salvo que optemos por un nude look pero no es lo que piden las fiestas). Como hablamos de la Nochevieja, mi sugerencia es apostar por unos ojos intensos y conseguir una boca de infarto con un buen gloss. Las opciones aquí son más amplias, cualquier firma tiene muy buenos productos y paletas preciosas. Si queréis una recomendación con plus, Gloss Show de Dior por textura, duración, acabado (la fórmula incluye microcristales de brillo inmenso).... y porque -y este es el plus- viene en tarrito, con lo cual se aprovecha hasta la última gota, cosa imposible de hacer en los verticales con aplicador, de los que terminamos tirando más de la mitad porque es imposible cogerlo. Ah, tras ponéroslo, no temáis limpiaros el dedo pasándolo por vuestra nariz, de arriba a abajo, y en la parte superior de las mejillas, ¡vuestra luz no pasará desapercibida!

· Uñas: Cortas o largas, como prefiráis, con una manicura francesa, en color o sólo con una capa de brillo pero siempre, siempre arregladas. Los apuros de última hora se solucionan sin esfuerzo gracias al Nail Touch de Yves Saint Laurent (su web está en renovación), que se aplica como si de un rotulador se tratase (la paleta, eso sí, se reduce a tres tonos muy suaves). Personalmente este año apostaría por un tono fuerte, como el Blue Satin de Chanel, un azul marino intenso perteneciente a la colección efímera de primavera/verano 08.

:: Polvera Night Diamond, de Dior, edición limitada Navidad 08 ::

Bueno, si con esto no estáis divinas en Nochevieja, será sólo culpa vuestra. No olvidéis perfumaros con intensidad y valorad si en la carta de los Reyes puede ser interesante incluir alguno de los cosméticos-joya de edición limitada que cada vez sacan más casas, puesto que tratándose de enero aún no podéis pensar en las colecciones efímeras de la próxima temporada y las vigentes estarán agotadas ya. ¿Ideas? Pues por ejemplo la polvera Night Diamond que ha lanzado Dior para esta Navidad (fotografía sobre este párrafo).

Imagen: La última edición de las botellas temáticas que el vodka Absolut lanza periódicamente, tan festiva y brillante como merece la bienvenida a un nuevo año. "Every night is a masquerade", reza la etiqueta...

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

Hedon&Sibaris le desea a todos sus lectores una muy feliz Navidad, merry Christmas, joyeux Noël...

Foto: Navidad en el Glass Bar del hotel Urban, con ostras de Cambados y champagne Taittinger, cortesía de Monsieur Le Connaisseur.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Bikkembergs: Sport-Couture


Asegura que las pasarelas están obsoletas ("Hoy la moda se respira en la calle"), cree que la ajetreada vida actual obliga a reinterpretar el buen vestir y adora el fútbol. No es francés, no es inglés, no es italiano. Dirk Bikkembergs es belga y ha creado tendencia en el mundo de la moda elevando la ropa deportiva a la categoría de sporty-chic.

El estilo deportivo arrasa y a las marcas clásicas, que cada vez incorporan a sus catálogos más productos pensados para el día a día, se suman otras que nos permiten disfrutar de la comodidad de líneas y materiales propias de ese tipo de ropa y calzado pero sin renunciar a la elegancia y, en muchos casos, a una buena dosis de glamour.

Uno de los mejores ejemplos es Dirk Bikkembergs, que lanzó su primera colección de zapatos masculinos en 1985 y cuyos diseños están hoy en el armario de todo fashionista que se precie. De piel, de charol, con cordones o velcro, con unas Bikkembergs en los pies, a poco esfuerzo que pongamos por completar el atuendo, el look está asegurado.

Las colecciones de la firma incluyen líneas de ropa para hombre, mujer y niño, con prendas que van desde los vaqueros hasta las cazadoras, pasando por la ropa interior, bisutería y otros accesorios y, claro, sus espléndidas zapatillas, con su característica tira de nylon rezando la marca en negro sobre blanco. También varias líneas puramente deportivas.

El estilo con el que Dirk Bikkemberg ha triunfado tiene su origen en su pasión por el fútbol. Hace ya años que hizo desfilar sus creaciones en estadios -entre ellos, el Nou Camp, en 2005- y diseñó la equipación del Inter de Milán antes de llegar a tener su propio equipo, también en Italia, el Bikkembergs FC Fossombrone. Lo utiliza como laboratorio de ideas, para el desarrollo de sus innovaciones. Sus jugadores utilizan incluso ropa interior de alto rendimiento. Y después Bikkembergs saca todas esas ideas a las tiendas, para que podamos movernos con total confort sin renunciar al buen gusto.

Pero no todo lo que sale de la factoría Bikkembergs es de imagen netamente deportiva. La comodidad es una inspiración que también da lugar a vaporosos vestidos para las chicas y ligeros trajes de chaqueta para los chicos. Buena muestra, el vídeo con el que abre su página web, o estas fotos:






miércoles, 3 de diciembre de 2008

El café que toma George


Vamos a ver bonita... se parece a George Clooney, estás en una tienda de Nespresso... ¡¡¡claro que es George Clooney!!! No dejes que te engañe, y déjale bien claro que no le vas a robar su Volluto, porque tú eres más de Arpeggio.

Si es usted amante del café, ni lo dude: hágase con una Nespresso. Ya puede acceder a la básica por unos muy razonables 89 euros (son 139 €, pero hay un bono descuento de 50 €). Añadiré que el calderín es el mismo en la de 89 € que en la de 349 € (en román paladín, hacen un café igual de bueno, estando las diferencias en la calidad de los materiales del revestimiento y en el diseño).

Y le aseguro que disfrutará.

Su maquinaria, con un calderín que alcanza los 1'9 bares de presión, permite obtener un café estupendo, con una crema perfecta.

El café, en cápsulas monodosis, que conservan su frescor maravillosamente bien, ya que sólo se abre al hacer el café; y que son muy cómodas para almacenar y para deshacerse de ellas (no hay que estar limpiando la cafetera tras cada café, pues una vez usada, la cápsula se desecha tal cual, entera, y sin manchar nada).

Además, tiene para elegir entre 12 variedades de café, de distintas procedencias e intensidad. Desde el Ristretto, el típico espresso italiano fuerte y contundente, hasta el más suave, Cosi, pasando por grados intermedios (todos tienen una calificación de fuerza sobre 10 puntos).

¿Qué no puede tomar usted cafeína? Pues no pasa nada, porque de las 12 variedades, 3 son descafeinadas: una intensa, otra normal y otra para café largo.

¿Qué usted toma el café largo y no el espresso cortito? Pues de las 12 variedades, 3 son lungos, uno de ellos, del grupo de los descafeinados.

La cápsula le saldrá a 0'33 €. Muy razonable, ¿no le parece? Por 0'33 € puede usted tomarse mejor café que el que le darían en el bar de la esquina por 1'20 €.

Para que usted elija sus preferidas, la cafetera viene con un paqueitito de regalo con una cápsula de cada variedad. Así podrá probarlas y decidir cuál le gusta más.

La forma de pedirlas es muy sencilla. En la caja de la cafetera encontrará usted una carpetita donde, entre otras cosas, viene el teléfono del Club Nespresso. Llama usted, se da de alta y cuando quiera pedir cápsulas, llama al 902 y en 48 horas máximo las tiene consigo, bien contra reembolso, bien cargadas ya a su Visa (a su elección). También puede realizar, tanto el alta como los pedidos por medio de Internet. Y los privilegiados que vivan en Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, podrán acudir directamente a las Boutiques Nespresso.

¿Mi consejo? Pida una caja de 10 cápsulas de cada una de las 12 variedades, y además, de la que suela degustar usted, 3 ó 5 más. ¿Por qué? Bueno, no me dirá que no es una pasada a la hora del café decirle a la gente "¿Cuál quieres?" y sacar la bandejita con las 12 clases...

Además, el diseño de las cápsulas es precioso y parecen bombones. Las 12 variedades, con sus colores, presentadas en una bandeja quedan de escándalo.

También puede adquirir en el Club Nespresso algunos complementos (bastoncillos de azúcar -blanca y morena-, carrés de chocolate, tazas, etc.). Mención especial merece el coffret, de madera negra con huecos para 3 cápsulas de cada tipo, que queda como una preciosa cajita de bombones permite epatar a los amigos.

¡Ah!, casi lo olvido... Cada dos o tres meses la casa saca un nuevo café de edición especial limitada.

Para cerrar, les diré que soy usuario de Nespresso desde hace 5 años y que estoy encantado con mis máquinas (sí, una en casa y otra en la oficina). Y soy incondicional del Arpeggio (el de la capsulita color nazareno).

Foto: George Clooney tomando un café... suponemos que Nespresso. What else?

jueves, 27 de noviembre de 2008

El Gin-Tronic


Este es un nombre con el que he bautizado al gin-tonic que me ofrecieron el otro día. De Hendrick's (mi ginebra favorita, muy aromática, y muy seca) y con tónica Fever Tree (maravillosa tónica de a euro y medio el botellín que, si bien supone una gran diferencia sobre Schweppes o Nordic Mist, no tiene nada que envidiar a la "Q", de a 4'5 euros por botellín).

"¿Y eso es todo?" dirán ustedes. "Pues no", respondo yo. Eso sería un gin-tonic estupendo, sobre todo si en vez de limón le ponemos pepino, en rodajas o una piel.

Lo que diferencia al gin-tronic del gin-tonic (sin "r") es que el primero, en vez de limón, lima o pepino, lleva unos trocitos de flor eléctrica, una flor que, al tocarla con nuestra lengua, te da primero como un repentino golpe ácido parecido al de la lima, y después una sensación como cuando de niño chupabas una pila de 9 voltios: una pequeña descarga y una sensación de hormigueo que se va extendiendo por toda la boca.

Y, bueno, pues claro, es algo nuevo, la verdad es que la sensación está bien, y tiene su gracia. Y, además, permite epatar a las amistades.

Dicho todo lo cual, yo me quedo con el trío Hendrick's-Fever Tree-pepino.

Foto: La flor eléctrica, en estado incipiente.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Montre à la mode


Desde que se creo, Swatch ha sido sinónimo de chic y moderno. Las piezas de esta casa suiza (también hace algo de bisutería curiosa) aúnan glamour y low-cost.

Son relojes para ir a la última, de tendencia. Baratos, para usar sin medida, dejar en el joyero a final de temporada y estrenar uno nuevo (cosa que no puede hacerse, pongamos, con un Franck Muller, un Zenith, un Cartier o un Bell&Ross de muchos miles de euros).

Es un reloj efímero que, sin embargo, a veces, con el tiempo, se convierte en un clásico. Recuerdo el primero que tuve... Transparente en amarillo fosforito, correa turquesa traslúcida... y hace poco vi por Internet que se pagaba una pasta por él. Yo perdí el mío. Sniffff.

Y no olvidemos sus series limitadas. Desde ediciones especiales para San Valentín, el Día de la Madre o el Año Nuevo Chino; hasta la colección Corto Maltés (el famoso personaje de cómic de Hugo Pratt, hijo de un marino inglés y una gitana sevillana conocida como "La Niña de Gibraltar"); pasando por la nueva Colección 007 Villains, dedicada a los villanos de las películas de James Bond, en la que hay un reloj por film, inspirado en uno de los malos (me gustan, especialmente, el de "Sólo se vive dos veces", el de "Goldeneye", el de "El mañana nunca muere" -muy Swatch de los inicios- y el de "El mundo nunca es suficiente").

¿Qué son de plástico? ¿Y? No todo son nobles materiales. Y habrá días de llevar traje, corbata y un A. Lange & Söhne o IWC; y días de vaqueros, camiseta y Swatch. O un Graham, que no queda nada mal de sport, pero es "algo" más caro.

En todo caso, dense un paseo, admiren la colección de los villanos y vayan abriendo boca para el estreno de la próxima de Bond, James Bond.

Foto: el cartel de la nueva película de James Bond, que se estrena en Noviembre.

lunes, 13 de octubre de 2008

Mucho más que agua (y II)




La variedad de aguas minerales disponibles actualmente en el mercado crece día a día. A las aguas nacionales -las más clásicas, las más conocidas-, que van adaptándose a las tendencias del mercado y renuevan sus envases poco a poco, se han unido las de importación, procedentes de los lugares más diversos del globo y que suelen tener como denominador común el cuidado extremo de sus botellas, de diseños limpios y tendentes al minimalismo o, por el contrario, exagerados en la ornamentación. Estos últimos, cual joyas que siguen a pies juntillas el dictado de la moda, incorporan sofisticados elementos decorativos. Como ejemplo, el de la fotografía superior: Aunque su nombre, Fillico, vaya adornado con el de Beverly Hills, este agua procede de Japón y se vende a 100 dólares la botella, que está realizada con cristal al ácido y adornada con cristales de Swarovski. Si uno está generoso puede personalizarla pidiendo que le agreguen unas alitas doradas y/o, como se ve en esta imagen, una corona -dorada o plateada- que la convierta en rey o reina, al gusto.


:: Producto nacional ::
Algunas de las aguas españolas más populares


Solán de Cabras. Procede de Cuenca, donde brota a 21 grados centígrados, recogiéndose en una arqueta de piedra que mandó construir Carlos III. Es de mineralización muy débil, ideal para las afecciones de riñón.

Cabreiroá. Orensana. Es una de las aguas españolas con mejor presencia en los restaurantes gracias a su envase. Se descubrió en 1904 y es de mineralización débil, específicamente baja en litio, lo que la hace recomendable para la eliminación de toxinas y de ácido úrico.


Vichy Catalán. Gerundense y bicarbonatada, este clásico español llega a la superficie a 60 grados y su alto contenido en calcio le confiere propiedades beneficiosas contra el colesterol y la osteoporosis.



Vilas del Turbón. Su mineralización débil —resulta casi neutra— ha propiciado su designación como agua oficial del certamen enológico La nariz de oro y de la pujante feria Alimentaria en su edición de este año, entre otras citas gastronómicas. Nada mejor para lavar la boca entre cata y cata que este agua del noreste de Huesca.

Lanjarón. Es un agua de alta montaña (Sierra Nevada), diurética y muy digestiva por su carga de bicarbonatos.

Fuente Liviana. El equilibrio de este agua conquense la convierte en una alternativa ideal para los hipertensos.

Solares. Llega de Cantabria y se recomienda para tratamientos relacionados con el riñón y el aparato digestivo.

:: De importación ::
Marcas que entran por el ojo … y arrasan en el mercado


Voss. El agua de lujo preferida por muchos es de Noruega y dicen que es la más pura del mundo sin filtrar porque realiza su recorrido protegida por roca y hielo, sin contacto con el aire. Ideal para hipertensos.

Lynx. Italiana, de los montes Apeninos, puede encontrarse con y sin gas, siempre en su característica botella azul cobalto. Es baja en nitratos y sodio.


Berg. Este agua canadiense se publicita como la más pura del mundo gracias a su origen. Procede de un iceberg ubicado en la Isla de Terranova. Además de la modalidad de origen glaciar (Iceberg water) se comercializa otra combinada con agua mineral (Iceberg water blend) y una tercera enteramente extraída de manantial, sin nitrato y con reducido contenido en sodio (Artesanian water).


Hildon. La reina madre, que en paz descanse, podría haberla confundido al buscar la botella de su ritual ginebra diaria. El agua Hildon, extraída en Hampshire, exhibe uno de los diseños con más personalidad y además es proveedora oficial de la Casa Real británica. Es alta en calcio y muy baja en sodio. Ayuda a controlar el colesterol.


Bling. Antes de embotellarla se somete a nueve pasos de purificación que incluyen el tratamiento con ozono, con rayos ultravioleta y el empleo de la microfiltración.


Fiji. Ninguna otra marca comercializada tiene una concentración tan alta de silicio (85%). Bling H2O, Fiji, se extrae del islote de Viti Levu y ha logrado su mejor promoción con consumidores tan famosos como Madonna, Brad Pitt, Nicole Kidman o Tom Cruise. Lauquen reserve . Los hielos de las montañas de los Andes, concretamente un manantial en San Carlos de Bariloche (Argentina), dan origen a este agua e inspiran la botella en la que se presenta. Sale a la superficie a cuatro grados.


Finé. Japonesa, procede de un acuífero termal situado entre el Oceáno Pacífico y el monte Fuji. Resulta muy ligera por la escasa presencia de minerales duros —calcio y magnesio principalmente— e ideal para el cuidado de piel, uñas y pelo gracias a su alto contenido en sílice. Procede de los manantiales de Shunjezi, un lugar que intelectuales, artistas y escritores han elegido tradicionalmente para descansar. En la imagen, la botella diseñada por Karim Rashid.

viernes, 3 de octubre de 2008

Mucho más que agua (I)



Agua.
(Del lat. Aqua ). 1. f. Sustancia cuyas moléculas están formadas por la combinación de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, líquida, inodora, insípida e incolora. Es el componente más abundante de la superficie terrestre y, más o menos puro, forma la lluvia, las fuentes, los ríos y los mares; es parte constituyente de todos los organismos vivos y aparece en compuestos naturales.

Esto dice la Real Academia Española en su diccionario. Sin embargo, la creencia de que el agua es una sustancia inodora e insípida queda rebatida por el protagonismo que ha cobrado en grandes restaurantes y la proliferación de marcas, algunas de verdadero lujo. La producción crece de manera imparable y aumentan los establecimientos en los que se ofrece al cliente una variedad más o menos amplia de opciones, cada vez de procedencias más diversas: Escocia, Irlanda, Suecia, Italia, Noruega, Francia, Japón … y, claro, España. El mercado nacional, sin embargo, está aún lejos de lograr el impacto que alcanzan otros, más conscientes de los magníficos efectos que tienen en las ventas el packaging y otras medidas de marketing. ¿Alguien podría pensar en pagar 50 euros por una botella de 380 mililitros? Sí, si está decorada a mano con cristales de Swarovski. Lo de menos es que Bling H2O provenga de un manantial ubicado a 800 metros de profundidad en las Smokey Mountains, en Tennessee. La cuestión es que, además de los destellos que acompañan al cristal glaseado de su envase, la beben famosos como Shaquille O’Neal, Paris Hilton o Mariah Carey. Colocarla bajo el brazo de estrellas de cine y deportistas profesionales, y hacerla visible en citas como los premios MTV o los Emmy fue el gancho que ideó el guionista y productor de Hollywood Kevin G. Boyd para lanzarla. El resultado de este halo de exclusividad ha sido redondo.

Aunque la presencia que ha ido ganando en el ámbito gastronómico tiene un origen mucho más prosaico, el agua mineral ha estado tradicionalmente valorada por su efecto terapéutico. Su utilidad médica varía en función de la composición, que viene determinada por la tipología geológica del terreno por el que discurre antes de ser extraída. En función de la concentración de minerales se habla de aguas duras (más de 1.500 miligramos de residuo seco por litro), aguas semiduras o de mineralización débil (500 miligramos por litro) y aguas blandas o de mineralización muy débil (hasta 50 miligramos por litro). La más ligera que se comercializa es la Charrier francesa, con 12 miligramos de sales por litro; y la más dura, la Sicheldorfer, austríaca, que tiene 5.400 miligramos.

El bicarbonato y el calcio son las sustancias más influyentes en el sabor, aunque también intervienen otras como el sodio, el potasio, el hierro, el flúor o los silicatos. Las aguas con un toque más salado presentan una mayor concentración de sodio y de cloruro, mientras que las más amargas tienen más presencia de sulfatos.

Algunos sumilleres tachan de esnobismo el auge de las aguas minerales porque muy pocos paladares pueden distinguir más de cuatro tipos La tendencia del consumo — 120 litros al año por habitante en España— se dirige hacia las aguas más ligeras, bajas en sodio y poco mineralizadas. Son las aguas más equilibradas en su composición, más insípidas, que habitualmente proceden de manantiales de alta montaña. No siempre las preferirá, sin embargo, el comensal que busca maridar una comida. Gracias a su potencia, las aguas con gas, generalmente las más mineralizadas, son las ganadoras a la hora de acompañar, por ejemplo, una carne, porque tienen más textura y sabor. Los platos suaves combinan mejor con opciones más livianas.

Distinguir el olor de las aguas es asunto reservado a narices privilegiadas. Las diferencias en boca son mucho más apreciables para cualquiera. No obstante, hay sumilleres que no tienen reparos a la hora de hablar de puro esnobismo cuando se les pregunta por el interés organoléptico del agua, que ya protagoniza incluso catas, y recuerdan que para la mayoría de los paladares es imposible distinguir más de cuatro tipos. Lo que es indiscutible es su papel a la hora de limpiar el paladar entre platos y su utilidad para acompañar el sabor que complica cualquier opción vinícola: el avinagrado.

A la hora de degustar modalidades con gas, ya sea natural o añadido, se puede optar por una copa tulipán, que protege el carbónico y permite observar su desarrollo. Las aguas sin gas resultan perfectas tomadas en vaso, a ser posible más abierto en la boca, aunque al contrario de lo que ocurre con el vino, los expertos no consideran determinante el recipiente. En cuanto a la temperatura, para apreciar mejor las cualidades de cada modalidad es mejor conformarse con la ambiente, aunque en la mera degustación se admite cierto grado de frescor.

Foto: La purísima Elsenham -porque se embotella desde un acuifero en el mismo manantial, en Hertfordshire (Gran Bretaña), por lo que el filtrado es natural-, cuya botella fue merecedora del premio Bottled Water World DesignAward 2005.

lunes, 29 de septiembre de 2008

¡Quiero ese bolso!... por un ratito...


¿Matarías por llegar a la oficina y poner sobre tu mesa un Paddington de Chloé?  ¿Sabes que sólo un Peggy Pouchette de Tod's redondea ese vestido que reservas para la noche del sábado? ¿O eres tan fashion victim que tu último sueño recurrente es emular a Carlota Casiraghi luciendo el Hardcore Small Silk Rhinestone de Dior, que popularizó en una de sus salidas? Tranquila. Todos esos bolsos y muchos más, en versión original, pueden colgar de tu brazo sin necesidad de que seas titular de una Centurion.

Por unos días, eso sí, los que decidas alquilarlos. Esta idea nació en Estados Unidos y está implantada ya en España a través de varias empresas que funcionan en Internet. Por una cantidad bastante asequible, y diversa en función del modelo y el tiempo que se quiera tener, es posible presumir de bolsazo y cambiarlo tan frecuentemente como el bolsillo lo permita.

LeSuperbe tiene la oferta más completa y mejor organizada. Su catálogo incluye casi 40 firmas, desde Dior, Chanel, Chloè, Balenciaga, Prada o Vuitton hasta Tommy Hilfiger, Miss Sixty o Guess. Simplifican mucho la elección agrupando los bolsos en Clubs: LeSette, con los modelos más informales, de 100 a 300 euros en tienda, disponibles por desde 10 euros a la semana; LeOtto, bolsos de entre 300 y 450 euros, por desde 17 euros semanales; LeNove, opciones de 450 a 700 euros en venta convencional, alquilables por a partir de 35 euros a la semana. Y si lo tuyo son los it bags, entonces te apuntarás al Club LeSuperbe, que agrupa las opciones de hasta 3.000 euros en tienda, por desde 55 euros a la semana.

Estos precios están reservados a las socias de la web y suponen hasta un 50% de descuento en los aplicables a las invitadas. La membresía obliga al pago de una cuota que puede ser anual (5 euros/mes), semestral (7 euros/mes) o mensual (10 euros/mes, con un mínimo de tres meses). El estatus de socia permite, además, tener preferencia en caso de que el modelo deseado esté en lista de espera, a la hora de estrenar novedades y si quieres hacerte con alguno de los bolsos que van a pasar a formar parte del outlet de LeSuperbe. Sí, sí, es que si te encaprichas tanto como para querer hacer tuya para siempre alguna de estas joyas, no tienes más que esperar a que pase a esta sección, donde es posible adquirirlas con descuentos que en algunos casos superan el 50%.

A la hora de dar con tu bolso preferido, puede que te sea más fácil realizar la búsqueda por colores o por ocasiones (Noche, Día, Especial). ¿Que quieres darte el gustazo de llevar un clásico? También los tienen. El Lady Dior que tanto identificó a Diana de Gales, el Jackie O. de Gucci o la famosa baguette de pitón de Fendi.

Siempre que el modelo que deseas esté disponible, en 24 horas lo tienes en la dirección que elijas, así que si lo necesitas para aparecer estupenda en un compromiso inesperado, no te preocupes. La devolución también es sencilla, sólo tienes que sellar con cello la caja en la que te lo han enviado y esperar a que el mensajero correspondiente pase a buscarlo. Los gastos de envío, a partir de 15 euros.

Otras opciones:

Bagdelux alquila sólo los bolsos de fiesta que aparecen en su catálogo, porque su principal misión es facilitar la compra y la venta de modelos usados (también cinturones y monederos). Además, te ofrecen financiación para que puedas pagar tu elección en cómodos plazos.

Look-and-Stop es otra de las opciones, con un funcionamiento similar a las anteriores (alquiler y rastrillo).

Telopresto tiene una página por la que vale la pena darse una vuelta. Pasad un buen rato disfrutando de su diseño, basado en un cuidado recurso gráfico. También apartado de alquiler y outlet.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Alejandro


Perdónenme que hoy me ponga localista y que, incluso, peque de amiguismo. Pero comprendan que no todos los días la revista Gentleman (la mejor revista masculina, a mi modesto entender) dedica un reportaje a un amigo, al que empiezo a acostumbrarme a ver en diversas publicaciones.

Acaba de quedar segundo clasificado en las categorías de Restaurante del Año y Cocina Creativa del II Premio Gastronómico Blog Salsa de Chiles, auspicidado por el siempre difícil crítico del ABC, Carlos Maribona, que ya en el mes de abril lo elogiaba en una entrada de su blog dedicada a mi tierra. También le han dedicado artículos en El Viajero de El País (con algún error biográfico), en Interviú y en la web Vanitatis.

Conocí a Alejandro hará más de 10 años. Entonces trabajaba en un restaurante que sus padres regentaban en El Parador, llamado Bocaccio. La llegada de Alejandro se notó en el negocio familiar, que pasó de ser un restaurante de segunda fila a un acontencimiento en la gastronomía local.

Pudo haberse parado en regentar el local de la familia, pero Alejandro es un cocinero valiente y con ambición. Por eso, aceptó el reto de sustituir a Stefan en el restaurante La Chumbera de Agua Amarga, donde desarrolló una cocina más creativa y se destapó sus altas dotes.

Pero Alejandro, en igual medida que valiente, es cabal, y decidió que para avanzar debía aprender de los grandes. Así, empezó un peregrinaje por España, donde pasó por las cocinas de Casa Solla (Pepe Solla), El Mesón de Doña Filo (Julio Reoyo) o La Broche, sonde estuvo largas temporadas formándose, así como un pequeño periplo por México, donde adquirió técnicas de la cocina centro y sudamericana.

Y un buen día, hace algo más de año y medio, se plantó en su tierra y abrió un maravilloso restaurante, con su nombre, en el puerto de Roquetas de Mar. Y lo hizo como hace él todo, con pasión y sin miedo. Se trajo a un jefe de sala de The Fat Duck (el restaurante inglés que este año figura como segundo clasificado-y que, si no me falla la memoria, ha ocupado también el primer puesto- entre los mejores del mundo, tras El Bulli ), un francés algo arrogante que, definitivamente, le sobraba y que, por fortuna para los que acudimos al local y para el propio Alejandro, ya no milita allí. Fue, quizás, su único error, porque todo lo demás lo hizo rozando la perfección.

Se ha rodeado de un equipo de cocina estupendo, joven y con ganas, que trabaja cada plato, cada menú. Y en la sala, además de un excelente servicio, cuenta con Agustín, un sumiller que habla del vino con una mezcla de poesía y didáctica embriagadora.

Y él, claro. Que es un cocinero con una gran capacidad creativa y un nivel de ejecución digno de los mejores restaurantes de las grandes ciudades.

Mezcla con sutileza y sagacidad la cocina más local y tradicional (geniales sus migas de la abuela con gamba roja y caldo quemao, un plato de pescadores), con guiños a la cocina japonesa (un maki de foie gras con kikos y huevas de pez volador), la materia prima casi sin tratar (con su milhojas de calabacín, foie gras y queso de cabra), las técnicas de macerado (una lasaña de sardinas marinadas con ajoblanco y cerezas que quita en sentido), los referente de allende el Atlántico (el lenguado con yogur de lima, algas y wasabi, muy en la línea de los ceviches sudamericanos), los platos de mar y montaña (como el guiso de algas con chopitos salteados y oreja de ibérico) o la cocina contundente de las carnes de caza (como su pichón de Bresse en dos cocciones, frambuesa y croqueta de sus menudillos, que sorprende al más pintado).

Pero si algo destaca de Alejandro es su pasión, su entrega y su capacidad de trabajo. Cuando, al amanecer, los barcos de pesca llegan a la lonja de Roquetas, ya está él allí esperándolos para hacerse con el mejor material. Luego pasea por el mercado y compra verduras, algún marisco... Tras la compra, reunión con su equipo para decidir qué hacer ese día (es normal que aparezcan en carta platos imporvisados, según lo que haya encontrado al "hacer la compra").

Además, es un cocinero inquieto. Por eso celebró el primer aniversario de su local regalando a sus clientes unas jornadas gastronómicas en las que trajo a Pepe Solla (de Casa Solla, de San Salvador de Poio), a Yayo Daporta (del restaurante homónimo, de Cambados), a los chicos de Skina (de Marbella) o al equipo del restaurante Cacareo (de Córdoba). Pinchó, a última hora, Ricardo Sanz, de Kabuki, mejor japonés de España según la crítica especializada, que por entonces andaba con la apertura del nuevo local en el Hotel Wellington.

Y nunca, nunca, se cierra a un reto. Todo es proponerle algo, y se lanza a estudiar y experimentar. Desde el club gastronómico al que pertenezco se le pidió, allá por noviembre, un menú basado en setas y hongos, y en mayo, una cena japonesa. Su solvencia, técnica e imaginación en ambos casos nos dejó maravillados.

Por todo eso, no me extraña que en Gentleman hablen de él (y de otros cuantos cocineros jóvenes) como el relevo de Adriá, Berasategui, Arzak, Santamaría, Ruscalleda o Arola.

Así que, si pasan por Almería y tienen 40 € en el bolsillo (y un poquito más para el vino), les recomiendo que vayan a Alejandro, pidan el menú degustación (si son aficionados a la cocina, y por si fuese posible, pidan la kitchen table para ver el ballet de los fogones y los cuchillos), y les aseguro que pasarán un buen rato y disfrutarán como pocas veces en su vida.

Y luego me escriben y me dan las gracias por el consejo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Software sobre ruedas


Es muy probable que yo nunca tenga un Bentley (sigo sin encontrarle la gracia a jugar a la lotería) y es muy probable que no llegue a tener un Ego for Bentley, pero vale la pena regodearse en el cacharrito, por ponerle un apelativo más de la calle pero lleno de cariño.

La elegante casa británica de automóviles debe de haber pensado que yo tengo razón al creer que lo del merchandising a base de bufandas, ositos de peluche y bolígrafos es un quiero y no puedo y ha decidido elevarlo a la categoría de lujo que tienen sus coches. ¿Cómo? Lanzando un ordenador portátil, con apariencia de bolso, que está fabricado completamente a mano, forrado con la misma piel que utiliza Bentley en sus coches y engastado en oro blanco. Casi nada.

Seguimos, pues, con la tecnología, con permiso del coautor de este blog. Ego sale a la venta ya y en un principio se ha dicho que serán sólo 250 los afortunados en poseerlo, previo pago de casi 13.000 euros. Eso sí, podrán elegir entre diez tonos para el acolchado exterior (coñac, toffee, hueso, negro, rojo, rayas...) y disfrutar de los colores más característicos de la marca en el interior del aparato. Es posible personalizar el acabado y, para satisfacer a los que nos cansamos en seguida de todo, se anuncia el lanzamiento de skins y accesorios varios.


En cuanto a las características técnicas, el ordenador lleva un teclado completo Qwerty, dispone de un disco duro de 160 gb y un procesador de 64 bits.

Bentley pone a la venta su portátil en la Wonder Room del buque insignia de Selfridges, su tienda londinense de Oxford Street, una idea perfecta porque así podremos comprarnos el Ego, un Vertu y algún que otro caprichito más con sólo cruzar el alfombrado pasillo del store.

martes, 23 de septiembre de 2008

Regalarse los oídos

Ante todo, estimados amigos, perdón por mi ausencia. Espero que no vuelva a repetirse, al menos tan larga. Y en mi vuelta os traigo un tema que el lanzamiento del nuevo iPod Nano me ha traido a la memoria, y al que hace tiempo quería dedicar un post.

Porque, vale, tienes el juguetito de la manzana, y lo disfrutas de lo lindo con tus auriculares (los que trae de serie no están mal, pero tengo entendido que con los auriculares de Bang&Olufsen ya es para subir a los cielos), pero como la filosofía de este blog es compartir lo bueno, hoy vamos a daros ideas para que compartáis con los que os rodean esa estupenda música que, a buen seguro, llevaréis en vuestro iPod. Porque todos los que lo tenéis estaréis de acuerdo en que el sistema estéreo está empezando a coger polvo por desuso (yo debo confesar que, como soy un nostálgico, tengo en mi despacho un estéreo Sony de los 70 con indicadores de aguja, mandos de rueda y giradiscos que uso a menudo, y que suena de escándalo a través de unas cajas de las de toda la vida, grandes, de madera y con sus membranas al aire vibrando).

Hace más de 3 años que disfruto de la primera base amplificadora seria que se lanzó para iPod, el Bose Sound Dock. Con mi Sound Dock he bailado en casa, he oído música en los momentos más diversos y he viajado (allá donde he ido, con mi bolsita, con la música a cuestas). Sin embargo, he de confesar que hace unos meses me rondan pensamientos impuros y fantaseo con ser infiel a mi Bose con el Zeppelin de la casa de sonido semiprofesional Bowers&Wilkins, que es purito diseño. Pero luego me puede el amor, y la falta de presupuesto, y decido seguir con lo que tengo.

También es reseñable entre las bases de alta gama la Go + Play de harman/kardon. Eso sí, suena muy bien, pero me recuerda a un radio-casette de los antiguos.

No obstante, estamos en tiempo de crisis. Y en verdad os digo, hermanos, que esta no es razón para privarse de la música. Hay opciones más normalitas y asequibles, pero de muy buena calidad de sonido, como el Radial de JbL, otra casa semiprofesional, que también ofrece una opción aún más barata y que da un resultado estupendo: la base On Stage.

Ahora bien, si lo que quieres es distanciarte y epatar a tus amistades, y puedes estirar el presupuesto, nada como un amplificador de válvulas (¿quién nos lo iba a decir? Purismo mezclado con vanguardia). Entre ellos, si puedo, elijo el Music Cocoon MC4, con el que dejarás helado al más pintado, de Roth Audio (que también firma el soberbio ALFiE, que no es de válvulas, pero lee CD, tiene radio y despertador). ¿Inconvenientes del MC4? Cuesta unos 600 € y, además, necesita unos altavoces (¿qué menos que unos Bowers&Wilkins 686, que salen por otros 450 € el par?). Eso sí, por unos 1.000 € dejarás con la boca abierta a todo Cristo, y rozarás el éxtasis escuchando la música. Otra opción en válvulas es el Orbitsound T6, que aunque anunciado y objeto de mil comentrios en la Red, aún no está a la venta, pero pronto llegará, a 199 pounds (con el cambio, saldrá por unos 240 €). ¿Ventajas? No es caro, no necesita altavoces adicionales, y es distinto.

También con radio el iYiYi, de la casa Tivoli, que ha hecho siempre unas soberbias radios (engañan, porque no aparentan sonar lo bien que suenan), y que se luce con esta joyita.
Hay muchas otras opciones (Logitech, Altec Lansing, etc.) y más que irán saliendo. Pero aquí os he puesto mis favoritas. Si alguien quiere hacerme un regalo, no dirá que no le doy ideas.

Foto. El Zeppelin de B&W. Purito diseño.

P.S.: Aunque no lo dicen las webs de los aparatitos, he de deciros un secreto. Arriesgándome más allá del deber, he usado mi iPhone 3G en varias bases y.... ¡¡¡funciona!!! (en algunas te dice que no carga y tal, pero ni caso).

viernes, 5 de septiembre de 2008

¿Por qué no?

Si es usted de esos que cada año le pide a los Reyes Magos un Ferrari ("pero de los de verdad, ni miniaturas ni fotos") ya no tiene que confiar en la generosidad de Sus Majestades -no siempre tan infinita, a la vista de los resultados de sus cartas- para disfrutar de ese sonido único que distingue a los automóviles del cavallino rampante. Elija entre Montmeló, Calafata y el Ricardo Tormo, y por unos aceptables 249 euros podrá dar unas vueltas en un F430. Ah, que prefiere acariciarlo en carretera... pues puede hacerlo durante 15 minutos a cambio de 199 euros. Apetecible, ¿verdad?

Quien hace posible su sueño es GTEmoción, una empresa francesa -con sede en ciudad ya evocadora para todo sibarita, Cognac- que también ofrece la oportunidad de ponerse al volante de un Lamborghini Gallardo Superleggera o un Porsche Cayman S en los mismos circuitos, de Barcelona, Tarragona y Valencia. La opción de la conducción por carretera sólo está disponible en la primera de estas provincias y para el Ferrari.

Los packs de GTEmoción, con distintas cantidades de vueltas (desde el mínimo mencionado hasta 20) o tiempo en carretera (15, 30 ó 90 minutos), incluyen un briefing de 20 minutos para el piloto (10 en la segunda opción), la presentación del coche y dos vueltas de reconocimiento con un Hummer H2 en el caso de los circuitos, siendo posible siempre asistir acompañado de tres personas. El número de vueltas contratadas por el mismo precio es el doble en Montmeló debido a la longitud del circuito, 1,7 kilómetros en lugar de los 3,2 y 3,1 que tienen, respectivamente, Calafata y el Ricardo Tormo (las referencias que damos corresponden al primero).

Aquellos que viven sin querer renunciar a nada tienen la opción de los packs combinados, en los que se disfruta de dos o incluso los tres modelos de coche disponibles. El mix más caro, con 20 vueltas para cada modelo, supone desembolsar 2.699 euros.

GTEmoción también oferta prácticas de pilotaje a través de vales de regalo. Escogemos un importe entre 99 y 3.000 euros,  y el destinatario lo consume como desea a lo largo de un año. Para 2009 tienen más de 20 fechas posibles, casi todas en fines de semana.

En la página web de GTEmoción es posible consultar todas las posibilidades y contratarlas, sumando, si así lo deseamos, un seguro de anulación (precio según el pack elegido) y un bautismo de drift con el piloto Manu Piget (99 euros). Un pero importante: la traducción al español del sitio deja mucho que desear, aunque no será lo que nos impida darnos uno de esos gustazos. Tampoco intenten imprimir el "cofrecito regalo" (así lo llaman) con el que comunicar el mismo al afortunado destinatario: la calidad de la imagen es pésima. 

Ahora ya pueden elegir: o se dan el capricho o siguen escribiéndole a Melchor, Gaspar y Baltasar. Eso sí, avísenme -si antes no me lo regalo yo-, soy una excelente copiloto.

Foto: Un precioso Ferrari F430. Personalmente lo preferiría descapotable pero en la vida hay que saber conformarse.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Transparencia y personalidad

Ya tocaba un post dedicado a una bebida, no vaya a pensar el público que el que suscribe es abstemio. Nada más lejos de la realidad. Y una bebida a la que tengo una especial afición es el vodka (lo de wodka con "w" lo dejamos para los polacos), que es, además, una de esas bebidas sobre las que parecía que estaba todo inventado (si no era ruso, tenía nombre ruso, y se bebía con naranja), pero que últimamente es protagonista de múltiples novedades.

Esta transparente bebida alcohólica se obtiene por destilación, utilizándose en su elaboración patata, trigo, tapioca y cereales de alto contenido en almidón.

Como ya se ha dicho, estábamos acostumbrados a los vodkas rusos como Smirnoff (tiene una variante "Black" muy curiosa), Moskovskaya (para mi, el mejor de los baratos, baratos) o Stolichnaya (cuya variante "Elit" merece la pena).

Curiosamente, su nombre significa "agua", o más exactamente, "agüita" (hay que joderse, pensará más de uno), en honor a su transparencia, suponemos.

Rompieron "el cerco ruso" en primer lugar las nórdicas Finlandia Vodka y la sueca Absolut, esta última con un diseño impecable, una apabullante variedad de vodkas aromatizados (vainilla, limón, mandarina, pimienta, frambuesa, etc.) y una estrategia de marketing admirable, que, entre otras acciones, nos regala con el continuo lanzamiento de ediciones especiales, que muchos coleccionan (Absolut Disco, botella con espejitos tipo bola de discoteca; Absolut Colors, en un envoltorio arco iris, lanzada con motivo del Día del Orgullo Gay; Absolut Bling Bling, la que podría ser la botella de Goldfinger; etc.).

Después de la revolución nórdica, llegó la moda de los vodka premium, inaugurada por los vodkas franceses, como el Grey Goose, calificado como mejor vodka del mundo por el Instituto de Cata de Bebidas; el Citadelle, obtenido del trigo; el Nuage, destilado seis veces y filtrado tres; el Kremlinskaia; el Maxim's, de la famosa casa parisina; o el Ciroc, que toma como materia prima uvas de las especies Mauzac Blanc y Ugni Blanc de las regiones vitícolas de Gaillac y Cognac, y que utiliza en su elaboración, técnicas de maceración tomadas de la viticultura.

Hoy día encontramos vodkas que vienen de los más diversos lugares. Unos vienen de Europa Central, como el Xellent, uno de mis favoritos, que demuestra que en Suiza no todo son bancos y quesos (sí, es esa preciosa botella roja con una cruz blanca que siempre llama su atención desde la estantería); el Luksusowa, un wodka premium polaco de patata; el alemán Feigling, de higo; o el Monopolowa, austríaco y de patata.

El Norte y Escandinavia siguen siendo referencias, y de allí vienen el sueco Level, que presume en la misma botella de ser "de los fabricantes de Absolut", y que cubre, con marca distinta, el segmento premium; el noruego Christiania, que presume de ser el más suave del mundo; el escocés Valt, un curioso single malt vodka; el británico Vampyre, de color rojo; el danés Danzka, reconocible por su botella metálica de aluminio; los holandeses Ketel One y Van Gogh, con una amplia gama de aromatizaciones; o el finlandés Koskenkorva, de cebada.

Más exóticos pueden resultar los vodkas americanos, como los estadounidenses Trump, una creación del millonario y abstemio Donald Trump, que se autodefine como "The World's Finest Super Premium Vodka" (lo que sugiere un precio muy alto y, seguramente, más marketing que realidad tangible), y SKYY, que ha asociado su imagen a Sexo en Nueva York al patrocinar la premier; el canadiense Banff Ice; o el colombiano Montesskaya, que se hace con un coupage de cereales.

Tampoco renuncian a hacer buenos vodkas en el Lejano Oriente, donde encontramos el japonés Banzai de los chicos de Suntory, también autores de un maravilloso whisky, el Suntory Royal, que dejan claro que los japoneses se atreven con todo; o el indio Be High.

Incluso en nuestras antípodas se atreven con este aguardiente con resultados reseñables, como ocurre con el australiano Boomerang.

E igual que han cambiado los orígenes, han cambiado los hábitos de consumo de esta bebida, que de estar prácticamente relegada al siempre delicioso Bloody Mary y al Destornillador, ha pasado a tomarse con tónica como trago largo, a ser profusamente utilizado en el nuevo auge de la coctelería, y a tomarse on the rocks en sus variantes aromatizadas, dentro de las cuales lo último de lo último es el sabor a chocolate, como el Goldenbarr, primero que abrió esta tendencia.

Ahora, que nada como tomarlo sólo, sacado del congelador ligeramente granizado, y acompañando al caviar.

Y es que si se dice que algo tiene el vino cuando lo bendicen, algo tendrá el vodka cuando James Bond era tan aficionado ("Martini con Vodka mezclado, no agitado", recuerden).

Foto: ¿Cómo resistirse a un cóctel preparado con vodka? Delicioso y de belleza impactante.

martes, 2 de septiembre de 2008

De la China, naranjas


En muchas ocasiones enviar un regalo llega a convertirse en una verdadera pesadilla o al menos en toda una odisea. Bien sea porque se trata de un mero compromiso bien porque no conocemos demasiado al destinatario bien porque deseamos ser originales o incluso, por qué no, porque no se nos da demasiado bien esta tarea, a veces el placer de regalar termina resultándonos un trabajo poco apetecible.

Difícilmente fallaremos si recurrimos a una alternativa cada vez más popular, la de las cestas de frutas, que aúnan belleza y practicidad. Y tendremos un acierto seguro si recurrimos a Naranjas de la China, una casa madrileña que crea diseños verdaderamente especiales, tanto en su composición como en la selección de los productos que utiliza: frutas exóticas, bayas y variantes baby, que proporcionan una estética menos clásica y muy plástica, pepitas de chocolate varias, flores, bonsáis...

Naranjas de la China organiza su catálogo en tres colecciones de nombres evocadores: Entre trópicos, Provenzal y Viajes de Oriente. Admite pedidos por Internet y sirve a toda España, salvo determinadas opciones que por su complejidad requieren un transporte muy delicado y entonces quedan limitadas a la Comunidad de Madrid.

Además realizan decoraciones para celebraciones privadas y eventos de empresa.

Su rango de precios es variado, de 65 a 225 euros, y ofrecen la opción de completar la cesta con accesorios infantiles cuando se trata de felicitar la llegada de un bebé.
Sólo un pero: la conozco desde hace varios años y su catálogo apenas ha variado. Valdría la pena introducir novedades.
Foto: La cesta Hortensias rojas, de la colección Provenzal de Naranjas de la China, que contiene frutos silvestres, chocolate y, claro, las flores que le dan nombre.

sábado, 30 de agosto de 2008

Tutto piu chic


Érase una vez un rico príncipe que aprendió a mirar fuera de palacio y, por qué no decirlo, salió un poco calavera. Le gustaba la noche, aunque demostró ser un crack. Pronto se dieron cuenta de su valía y lo prepararon para ocupar el trono. Pero hete aquí que un día el príncipe amaneció desnudo, durmiendo una enorme borrachera entre dos doncellas. Y resultó que no era alcohol lo que había ingerido, sino otras sustancias, y que las doncellas no eran tales, pues aunque lo parecían, eran caballeros bien armados. Y le echaron del Reino. Y él decidió fundar su propio Reino.

Esta es la historia de Lapo Elkann, heredero de Gianni Agnelli, factotum de la FIAT y uno de los hombres más influyentes del mundo (hasta que murió, Dios lo tenga en su Gloria), y que heredó de su abuelo el charme, lo calavera, lo mujeriego, lo fiestero... y el olfato empresarial. Y aunque el chico era un crack del marketing y fue el creador de los últimos modelos, que han sacado a la casa italiana de automóviles del hoyo financiero en que estaba (me chifla el Cinquecento, una joya de diseño y un concepto mucho más amplio), el que lo encontrasen con una sobredosis y dos travestis le hizo indigno de seguir trabajando como director de Marketing.

Así que, apartado como fue, este chico, al que le llueven premios por ser atractivo y estiloso (la verdad es que el chaval viste con mucha personalidad y elegancia), fundó una empresa llamada Italia Independent, que vende artículos tremendamente chic, para cuya construcción (o fabricación) utiliza materiales inusuales y exclusivos. Y yo me los compraría todos, desde los floreros hechos con material textil, hasta los candelabrosde fibra de carbono, el llavero de fibra de carbono y las gafas de fibra de carbono, pasando por las bolsas en nylon balístico, las camisas de 4 botones en algodón elástico o las bermudas para navegar, con bolsillos estancos y botones, de nuevo, de fibra de carbono.

No son muchos artículos, pero todos enganchan. Llámenlo marketing, digan que me gusta el personaje, que me dejo llevar por cómo me lo quieren vender, y que lo consiguen. Mola.

Sí. Y me gusta el perfil maldito de Lapo Elkann y su rebeldía, y este Italian Independent que es un órdago a los que le han echado de "su" empresa (en la que sigue teniendo una considerable participación) dicíéndoles "puedo triunfar sólo, tengo talento, ¿y vosotros?". Mola. Y a los Reyes les voy a pedir unas gafitas de esas (para las camisas, por desgracia, no me da el cuerpo).

Foto: Lapo Elkann, el príncipe desterrado.

viernes, 29 de agosto de 2008

EL CIELO. Dirección: Carrera de San Jerónimo, 34. Madrid.


Me estreno como autora en Hedon&Sibaris (gracias públicas al alma del blog por su invitación) y después de valorar varias posibilidades de contenido para celebrar la ocasión como lo merece he concluido que sólo una alcanza la categoría de perfecta: el Hotel Urban. Vaya por delante que mi adorado Urban da para tanto que lo desgranaré en varias ediciones, la primera de las cuales, esta, voy a limitar al apartado del alojamiento (para otras quedarán el restaurante, Europa Decó, ese espacio que yo siento como propio y que es el Glass Bar, y la terraza, un must en la noche madrileña para todo aquel que quiera relajarse en un entorno exquisito).




Tuve el inmenso placer de conocer el hotel Urban cuando ni siquiera había logrado la categoría de Gran Lujo, aunque ya tenía todas las características que se la han otorgado. No caí allí por casualidad, lo había encontrado navegando y automáticamente me enamoré del aspecto de sus habitaciones. No es para menos: caoba, piedra negra de Zimbawe, cuero, alabastro... Más numerosas piezas de la colección privada de su dueño, el también egiptólogo Jordi Clos. Hay que decir, no obstante, que quien se encarga meticulosamente de muchos de los detalles del hotel -unos más acertados que otros- es su esposa, que de cuando en cuando se da una vuelta por Madrid y, entre otras cosas, mueve muchas de las tallas africanas, hindúes o chinas que personalizan cada habitación y algunos rincones del establecimiento.

Hace un tiempo que no tengo ocasión de hacer parada en Madrid y tengo que retener mi opinión sobre el nuevo hotel que las hermanas Koplowitz, dentro de la cadena Hospes, han abierto en plena Puerta de Alcalá, cuyo restaurante/pub de diversos ambientes es ahora mismo lo más de lo más, pero creo que ni aún desconociéndolo corro el riesgo de equivocarme al decir que el Urban, hoy por hoy, sigue sin tener competencia como lugar de lujo. No de un lujo ostentoso sino verdaderamente sibarita y terriblemente chic.

El primer impacto, si uno llega en el turno correspondiente, es ver a su portero negro ataviado con levita y gorra de plato color hueso. Ahora, para encantador, José Manuel, que como buen blanco lleva el atavío a la inversa, en negro. Cuando cualquiera de ellos toma el equipaje y abre esa puerta uno comprende que, verdaderamente, el cielo está en la Tierra. El protagonismo del cristal se perfecciona con la presencia justa del acero y la calidez que aportan sillas y lámparas de impacto, más la madera que forra las paredes. La arquitectura, totalmente volcada al interior, alrededor del atrio, es impactante.

Puedo presumir de haber dormido en los distintos tipos de habitaciones disponibles (salvo en la de dos plantas, inicialmente pensada como opción estrella pero luego relegada, creo que a la vista de que el cliente no se sentía demasiado seducido por la mera idea de disponer de una zona de escritorio en un segundo nivel) y todas ellas son un deleite. Uno de los aspectos más cuidados -para mí esencial en cualquier estancia, ya sea comercial, hostelera, hotelera...- es la iluminación, y existe la opción de regularla creando diversos ambientes. Sin embargo, un mundo de espacio y luz natural separa las estándar (qué bonito, que ahora todos las llaman "superiores") de las junior suites y, sobre todo, de las suites. Estas últimas corresponden a la esquina con la calle Ventura de la Vega y tienen la mayor superficie. Las paredes que corresponden a la fachada, incluído ese esquinazo, son de cristal. Parte coincide con el baño, exactamente con el punto donde se ubica la bañera de hidromasaje, con lo cual su uso resulta delicioso. Es perfecto disfrutarla por la tarde, antes de arreglarse para salir a cenar, cuando una camarera pasa por el cuarto con el carro de sales y se puede elegir entre opciones estimulantes, relajantes... Además, el cliente alojado en la suite encontrará como cortesías adicionales una botella de agua Voss y recibirá, fría, otra de champagne.

Espero, eso sí, que el hotel haya subsanado sus deficiencias de servicio, ¡importantísimas! y totalmente indignas de un Gran Lujo. Porque un establecimiento no puede recibir esta etiqueta sólo por estar bien construido. La atención al cliente es igual o más importante y el Urban -hace un año y medio que me alojé allí por última vez- era excelente en cuanto al trato, el cara a cara, y sin embargo dejaba mucho que desear, principalmente, en cuanto a la premura de las peticiones desde la habitación.

Pero, lo confieso, al Urban yo se lo perdono todo. Porque el Urban es el cielo. Más allá de todo lo descrito, el Urban es mi cielo, mi cielo personal, el lugar donde he vivido alguno de los momentos más intensos de mi vida, tormentosos unos, absolutamente felices otros. Momentos de ruptura, momentos de inicios, momentos... Momentos que ya son inigualables.

Foto: Vista parcial de una suite del hotel Urban. Advertencia: la cama que aparece en la imagen es ideal para las volteretas. Abstenerse personas tristes.
Música: If I was your woman, de Alicia Keys, ideal para envolver una estancia en un hotel como el Urban.
Hotel Urban: Carrera de San Jerónimo, 34. Madrid. Tel. 91 877 770. http://www.derbyhotels.com/

*Ah, un consejo... la carta de Tokajs es única y redondea las habitaciones... Pero eso se lo dejo al líder, Monsieur Le Connoisseur, no ya porque lo tenga comprometido en un post anterior sino porque no pienso privarme del placer de leerlo.
*Considérese esta una primera entrega sobre el Urban, no ya por estar pendientes las que he mencionado sino porque el propio aspecto del alojamiento requiere muchas más precisiones. Aunque me pensaré si hacer como M. Le Connoisseaur con "esos grandes almacenes" y esperar a que me paguen por hacerles el report a partir del que perfeccionar el establecimiento.

jueves, 28 de agosto de 2008

Tela apalabrada


Mucho se habla últimamente del "bespoke", término que los sastres de Savile Row han intentado, sin éxito, defender como denominación de origen (recientemente la Oficina Internacional de Patentes y Marcas les ha denegado su uso exclusivo), y que se podría traducir por "hecho a medida", pero que literalmente quiere decir "apalabrado".

Su uso para definir el traje hecho a medida viene del uso de las mejores sastrerías de Savile Row en las que, hasta que el traje no estaba terminado, entregado y conforme, no podía tocarse para ningún otro fin la pieza de tela que se estaba utilizando que, por tanto, estaba apalabrada o reservada para ese cliente.

Son famosos los trajes a medida de las sastrerías de esa calle londinense que ya he mencionado dos veces y que no voy a mentar una tercera. Allí se encuentran, entre otras, casas con tanto abolengo como Davies & Son, que viste al mismo Calvin Klein; Gieves & Hawkes, proveedor de varios miembros de la Casa Real; Hardy Amies, que, además de haber sido hasta 1990 modisto de Isabel II, diseñó los trajes de "2001, una Odisea del Espacio"; Henry Poole & Co., creadores del smoking; Norton and Sons, con su lema"simple y elegante", que es la casa que mejor conecta con el público más joven; Edward Sexton, que es la sucesora de los "advenedizos" de Nutters of Savile Row, firma que abrió en 1969, conocida por haber diseñado los trajes que tres de los cuatro Beatles llevan en la portada del álbum Abbey Road (fotografía que, además, fue improvisada); y Oswald Boateng, sastre ghanés en cuyos talleres gustan de vestirse Will Smith, Samuel L. Jackson, Keanu Reeves, Mick Jagger, Jamie Foxx o Russell Crowe. También las hay importantes en Nueva York y Milán (París tiene más renombre en moda femenina, aunque no dudo que contará con magníficos sastres). En España, sin embargo, no son muchos los sastres que quedan (hemos logrado cargarnos esa profesión, lo que es un dudoso honor), y los que quedan suelen estar en grandes capitales, vestir a (algunos de) los más ricos y poderosos (recuerden que al actual Presidente del Real Madrid le criticaban que, pese a su pose modesta, se le notaban las marcas de sastre del traje cortado a medida... ¡¡¡cuánta envidia hay en el mundo!!!), y cobrar precios bastante elevados (hablamos de no menos de 1.500 € por traje). Aunque, claro, si por un Boss, un Armani o un Brioni "de serie" hay que desembolsar entre 900 € y 1.500 €, a mi no me parece tan descabellado, pues ningún traje queda como el que te cortan a medida. Siempre habrá quien prefiera la marca, claro, y yo lo respeto. Pero para mi, aparte de lo bien que queda lo que hacen a tu medida, me parece mal negocio renunciar, por llevar una marca, al disfrute que proporcionan las sesiones de medida, prueba y ajuste en la sastrería, entre piezas de tela, con su olor inconfundible, alguna de ellas desplegada sobre la mesa y con el corte que ha de hacerse marcado en tiza.

Sin embargo, con la moda actual, todos quieren tener trajes a medida y no faltan la picaresca de gente que utiliza inadecuadamente el término "bespoke", que debería aplicarse sólo y exclusivamente al traje hecho de principio a fin a mano (corte de telas, costuras, planchado, etc.) y de forma artesanal, a lo que más bien es un prêt-à-porter, esto es, te toman las medidas, las mandan a fábrica, donde una máquina, y según unos patrones prefijados, corta las piezas de tela, y luego ajustan en una prueba. Pero esto, amigos, es, como diría una persona que yo me sé, un bespoke "de los chinos".

El bespoke auténtico considera mil parámetros a fin de adaptar el traje a la persona, y un buen sastre debe aconsejarte ya no sobre el largo del pantalón, de las mangas o de la chaqueta, sino ayudarte a elegir el tipo de cuello adecuado, el corte posterior de la chaqueta, el número de botones, el corte y tamaño de las solapas... y, por supuesto, preguntarte si "cargas" a izquierda o derecha para evitar "incomodidades testiculares".

Por eso, yo voy a ver si encuentro un sastre que sepa lo que hace y que me trate bien en los precios a cambio de regalarle la maravillosa idea de abrir una línea bespoke, publicitarla debidamente y ser yo el primero que hable bien de lo bien que corta.

Sin renunciar, por supuesto, a hacerme un traje en Savile Row un día de estos (o cada temporada, si me tocan los Euromillones)