lunes, 29 de septiembre de 2008

¡Quiero ese bolso!... por un ratito...


¿Matarías por llegar a la oficina y poner sobre tu mesa un Paddington de Chloé?  ¿Sabes que sólo un Peggy Pouchette de Tod's redondea ese vestido que reservas para la noche del sábado? ¿O eres tan fashion victim que tu último sueño recurrente es emular a Carlota Casiraghi luciendo el Hardcore Small Silk Rhinestone de Dior, que popularizó en una de sus salidas? Tranquila. Todos esos bolsos y muchos más, en versión original, pueden colgar de tu brazo sin necesidad de que seas titular de una Centurion.

Por unos días, eso sí, los que decidas alquilarlos. Esta idea nació en Estados Unidos y está implantada ya en España a través de varias empresas que funcionan en Internet. Por una cantidad bastante asequible, y diversa en función del modelo y el tiempo que se quiera tener, es posible presumir de bolsazo y cambiarlo tan frecuentemente como el bolsillo lo permita.

LeSuperbe tiene la oferta más completa y mejor organizada. Su catálogo incluye casi 40 firmas, desde Dior, Chanel, Chloè, Balenciaga, Prada o Vuitton hasta Tommy Hilfiger, Miss Sixty o Guess. Simplifican mucho la elección agrupando los bolsos en Clubs: LeSette, con los modelos más informales, de 100 a 300 euros en tienda, disponibles por desde 10 euros a la semana; LeOtto, bolsos de entre 300 y 450 euros, por desde 17 euros semanales; LeNove, opciones de 450 a 700 euros en venta convencional, alquilables por a partir de 35 euros a la semana. Y si lo tuyo son los it bags, entonces te apuntarás al Club LeSuperbe, que agrupa las opciones de hasta 3.000 euros en tienda, por desde 55 euros a la semana.

Estos precios están reservados a las socias de la web y suponen hasta un 50% de descuento en los aplicables a las invitadas. La membresía obliga al pago de una cuota que puede ser anual (5 euros/mes), semestral (7 euros/mes) o mensual (10 euros/mes, con un mínimo de tres meses). El estatus de socia permite, además, tener preferencia en caso de que el modelo deseado esté en lista de espera, a la hora de estrenar novedades y si quieres hacerte con alguno de los bolsos que van a pasar a formar parte del outlet de LeSuperbe. Sí, sí, es que si te encaprichas tanto como para querer hacer tuya para siempre alguna de estas joyas, no tienes más que esperar a que pase a esta sección, donde es posible adquirirlas con descuentos que en algunos casos superan el 50%.

A la hora de dar con tu bolso preferido, puede que te sea más fácil realizar la búsqueda por colores o por ocasiones (Noche, Día, Especial). ¿Que quieres darte el gustazo de llevar un clásico? También los tienen. El Lady Dior que tanto identificó a Diana de Gales, el Jackie O. de Gucci o la famosa baguette de pitón de Fendi.

Siempre que el modelo que deseas esté disponible, en 24 horas lo tienes en la dirección que elijas, así que si lo necesitas para aparecer estupenda en un compromiso inesperado, no te preocupes. La devolución también es sencilla, sólo tienes que sellar con cello la caja en la que te lo han enviado y esperar a que el mensajero correspondiente pase a buscarlo. Los gastos de envío, a partir de 15 euros.

Otras opciones:

Bagdelux alquila sólo los bolsos de fiesta que aparecen en su catálogo, porque su principal misión es facilitar la compra y la venta de modelos usados (también cinturones y monederos). Además, te ofrecen financiación para que puedas pagar tu elección en cómodos plazos.

Look-and-Stop es otra de las opciones, con un funcionamiento similar a las anteriores (alquiler y rastrillo).

Telopresto tiene una página por la que vale la pena darse una vuelta. Pasad un buen rato disfrutando de su diseño, basado en un cuidado recurso gráfico. También apartado de alquiler y outlet.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Alejandro


Perdónenme que hoy me ponga localista y que, incluso, peque de amiguismo. Pero comprendan que no todos los días la revista Gentleman (la mejor revista masculina, a mi modesto entender) dedica un reportaje a un amigo, al que empiezo a acostumbrarme a ver en diversas publicaciones.

Acaba de quedar segundo clasificado en las categorías de Restaurante del Año y Cocina Creativa del II Premio Gastronómico Blog Salsa de Chiles, auspicidado por el siempre difícil crítico del ABC, Carlos Maribona, que ya en el mes de abril lo elogiaba en una entrada de su blog dedicada a mi tierra. También le han dedicado artículos en El Viajero de El País (con algún error biográfico), en Interviú y en la web Vanitatis.

Conocí a Alejandro hará más de 10 años. Entonces trabajaba en un restaurante que sus padres regentaban en El Parador, llamado Bocaccio. La llegada de Alejandro se notó en el negocio familiar, que pasó de ser un restaurante de segunda fila a un acontencimiento en la gastronomía local.

Pudo haberse parado en regentar el local de la familia, pero Alejandro es un cocinero valiente y con ambición. Por eso, aceptó el reto de sustituir a Stefan en el restaurante La Chumbera de Agua Amarga, donde desarrolló una cocina más creativa y se destapó sus altas dotes.

Pero Alejandro, en igual medida que valiente, es cabal, y decidió que para avanzar debía aprender de los grandes. Así, empezó un peregrinaje por España, donde pasó por las cocinas de Casa Solla (Pepe Solla), El Mesón de Doña Filo (Julio Reoyo) o La Broche, sonde estuvo largas temporadas formándose, así como un pequeño periplo por México, donde adquirió técnicas de la cocina centro y sudamericana.

Y un buen día, hace algo más de año y medio, se plantó en su tierra y abrió un maravilloso restaurante, con su nombre, en el puerto de Roquetas de Mar. Y lo hizo como hace él todo, con pasión y sin miedo. Se trajo a un jefe de sala de The Fat Duck (el restaurante inglés que este año figura como segundo clasificado-y que, si no me falla la memoria, ha ocupado también el primer puesto- entre los mejores del mundo, tras El Bulli ), un francés algo arrogante que, definitivamente, le sobraba y que, por fortuna para los que acudimos al local y para el propio Alejandro, ya no milita allí. Fue, quizás, su único error, porque todo lo demás lo hizo rozando la perfección.

Se ha rodeado de un equipo de cocina estupendo, joven y con ganas, que trabaja cada plato, cada menú. Y en la sala, además de un excelente servicio, cuenta con Agustín, un sumiller que habla del vino con una mezcla de poesía y didáctica embriagadora.

Y él, claro. Que es un cocinero con una gran capacidad creativa y un nivel de ejecución digno de los mejores restaurantes de las grandes ciudades.

Mezcla con sutileza y sagacidad la cocina más local y tradicional (geniales sus migas de la abuela con gamba roja y caldo quemao, un plato de pescadores), con guiños a la cocina japonesa (un maki de foie gras con kikos y huevas de pez volador), la materia prima casi sin tratar (con su milhojas de calabacín, foie gras y queso de cabra), las técnicas de macerado (una lasaña de sardinas marinadas con ajoblanco y cerezas que quita en sentido), los referente de allende el Atlántico (el lenguado con yogur de lima, algas y wasabi, muy en la línea de los ceviches sudamericanos), los platos de mar y montaña (como el guiso de algas con chopitos salteados y oreja de ibérico) o la cocina contundente de las carnes de caza (como su pichón de Bresse en dos cocciones, frambuesa y croqueta de sus menudillos, que sorprende al más pintado).

Pero si algo destaca de Alejandro es su pasión, su entrega y su capacidad de trabajo. Cuando, al amanecer, los barcos de pesca llegan a la lonja de Roquetas, ya está él allí esperándolos para hacerse con el mejor material. Luego pasea por el mercado y compra verduras, algún marisco... Tras la compra, reunión con su equipo para decidir qué hacer ese día (es normal que aparezcan en carta platos imporvisados, según lo que haya encontrado al "hacer la compra").

Además, es un cocinero inquieto. Por eso celebró el primer aniversario de su local regalando a sus clientes unas jornadas gastronómicas en las que trajo a Pepe Solla (de Casa Solla, de San Salvador de Poio), a Yayo Daporta (del restaurante homónimo, de Cambados), a los chicos de Skina (de Marbella) o al equipo del restaurante Cacareo (de Córdoba). Pinchó, a última hora, Ricardo Sanz, de Kabuki, mejor japonés de España según la crítica especializada, que por entonces andaba con la apertura del nuevo local en el Hotel Wellington.

Y nunca, nunca, se cierra a un reto. Todo es proponerle algo, y se lanza a estudiar y experimentar. Desde el club gastronómico al que pertenezco se le pidió, allá por noviembre, un menú basado en setas y hongos, y en mayo, una cena japonesa. Su solvencia, técnica e imaginación en ambos casos nos dejó maravillados.

Por todo eso, no me extraña que en Gentleman hablen de él (y de otros cuantos cocineros jóvenes) como el relevo de Adriá, Berasategui, Arzak, Santamaría, Ruscalleda o Arola.

Así que, si pasan por Almería y tienen 40 € en el bolsillo (y un poquito más para el vino), les recomiendo que vayan a Alejandro, pidan el menú degustación (si son aficionados a la cocina, y por si fuese posible, pidan la kitchen table para ver el ballet de los fogones y los cuchillos), y les aseguro que pasarán un buen rato y disfrutarán como pocas veces en su vida.

Y luego me escriben y me dan las gracias por el consejo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Software sobre ruedas


Es muy probable que yo nunca tenga un Bentley (sigo sin encontrarle la gracia a jugar a la lotería) y es muy probable que no llegue a tener un Ego for Bentley, pero vale la pena regodearse en el cacharrito, por ponerle un apelativo más de la calle pero lleno de cariño.

La elegante casa británica de automóviles debe de haber pensado que yo tengo razón al creer que lo del merchandising a base de bufandas, ositos de peluche y bolígrafos es un quiero y no puedo y ha decidido elevarlo a la categoría de lujo que tienen sus coches. ¿Cómo? Lanzando un ordenador portátil, con apariencia de bolso, que está fabricado completamente a mano, forrado con la misma piel que utiliza Bentley en sus coches y engastado en oro blanco. Casi nada.

Seguimos, pues, con la tecnología, con permiso del coautor de este blog. Ego sale a la venta ya y en un principio se ha dicho que serán sólo 250 los afortunados en poseerlo, previo pago de casi 13.000 euros. Eso sí, podrán elegir entre diez tonos para el acolchado exterior (coñac, toffee, hueso, negro, rojo, rayas...) y disfrutar de los colores más característicos de la marca en el interior del aparato. Es posible personalizar el acabado y, para satisfacer a los que nos cansamos en seguida de todo, se anuncia el lanzamiento de skins y accesorios varios.


En cuanto a las características técnicas, el ordenador lleva un teclado completo Qwerty, dispone de un disco duro de 160 gb y un procesador de 64 bits.

Bentley pone a la venta su portátil en la Wonder Room del buque insignia de Selfridges, su tienda londinense de Oxford Street, una idea perfecta porque así podremos comprarnos el Ego, un Vertu y algún que otro caprichito más con sólo cruzar el alfombrado pasillo del store.

martes, 23 de septiembre de 2008

Regalarse los oídos

Ante todo, estimados amigos, perdón por mi ausencia. Espero que no vuelva a repetirse, al menos tan larga. Y en mi vuelta os traigo un tema que el lanzamiento del nuevo iPod Nano me ha traido a la memoria, y al que hace tiempo quería dedicar un post.

Porque, vale, tienes el juguetito de la manzana, y lo disfrutas de lo lindo con tus auriculares (los que trae de serie no están mal, pero tengo entendido que con los auriculares de Bang&Olufsen ya es para subir a los cielos), pero como la filosofía de este blog es compartir lo bueno, hoy vamos a daros ideas para que compartáis con los que os rodean esa estupenda música que, a buen seguro, llevaréis en vuestro iPod. Porque todos los que lo tenéis estaréis de acuerdo en que el sistema estéreo está empezando a coger polvo por desuso (yo debo confesar que, como soy un nostálgico, tengo en mi despacho un estéreo Sony de los 70 con indicadores de aguja, mandos de rueda y giradiscos que uso a menudo, y que suena de escándalo a través de unas cajas de las de toda la vida, grandes, de madera y con sus membranas al aire vibrando).

Hace más de 3 años que disfruto de la primera base amplificadora seria que se lanzó para iPod, el Bose Sound Dock. Con mi Sound Dock he bailado en casa, he oído música en los momentos más diversos y he viajado (allá donde he ido, con mi bolsita, con la música a cuestas). Sin embargo, he de confesar que hace unos meses me rondan pensamientos impuros y fantaseo con ser infiel a mi Bose con el Zeppelin de la casa de sonido semiprofesional Bowers&Wilkins, que es purito diseño. Pero luego me puede el amor, y la falta de presupuesto, y decido seguir con lo que tengo.

También es reseñable entre las bases de alta gama la Go + Play de harman/kardon. Eso sí, suena muy bien, pero me recuerda a un radio-casette de los antiguos.

No obstante, estamos en tiempo de crisis. Y en verdad os digo, hermanos, que esta no es razón para privarse de la música. Hay opciones más normalitas y asequibles, pero de muy buena calidad de sonido, como el Radial de JbL, otra casa semiprofesional, que también ofrece una opción aún más barata y que da un resultado estupendo: la base On Stage.

Ahora bien, si lo que quieres es distanciarte y epatar a tus amistades, y puedes estirar el presupuesto, nada como un amplificador de válvulas (¿quién nos lo iba a decir? Purismo mezclado con vanguardia). Entre ellos, si puedo, elijo el Music Cocoon MC4, con el que dejarás helado al más pintado, de Roth Audio (que también firma el soberbio ALFiE, que no es de válvulas, pero lee CD, tiene radio y despertador). ¿Inconvenientes del MC4? Cuesta unos 600 € y, además, necesita unos altavoces (¿qué menos que unos Bowers&Wilkins 686, que salen por otros 450 € el par?). Eso sí, por unos 1.000 € dejarás con la boca abierta a todo Cristo, y rozarás el éxtasis escuchando la música. Otra opción en válvulas es el Orbitsound T6, que aunque anunciado y objeto de mil comentrios en la Red, aún no está a la venta, pero pronto llegará, a 199 pounds (con el cambio, saldrá por unos 240 €). ¿Ventajas? No es caro, no necesita altavoces adicionales, y es distinto.

También con radio el iYiYi, de la casa Tivoli, que ha hecho siempre unas soberbias radios (engañan, porque no aparentan sonar lo bien que suenan), y que se luce con esta joyita.
Hay muchas otras opciones (Logitech, Altec Lansing, etc.) y más que irán saliendo. Pero aquí os he puesto mis favoritas. Si alguien quiere hacerme un regalo, no dirá que no le doy ideas.

Foto. El Zeppelin de B&W. Purito diseño.

P.S.: Aunque no lo dicen las webs de los aparatitos, he de deciros un secreto. Arriesgándome más allá del deber, he usado mi iPhone 3G en varias bases y.... ¡¡¡funciona!!! (en algunas te dice que no carga y tal, pero ni caso).

viernes, 5 de septiembre de 2008

¿Por qué no?

Si es usted de esos que cada año le pide a los Reyes Magos un Ferrari ("pero de los de verdad, ni miniaturas ni fotos") ya no tiene que confiar en la generosidad de Sus Majestades -no siempre tan infinita, a la vista de los resultados de sus cartas- para disfrutar de ese sonido único que distingue a los automóviles del cavallino rampante. Elija entre Montmeló, Calafata y el Ricardo Tormo, y por unos aceptables 249 euros podrá dar unas vueltas en un F430. Ah, que prefiere acariciarlo en carretera... pues puede hacerlo durante 15 minutos a cambio de 199 euros. Apetecible, ¿verdad?

Quien hace posible su sueño es GTEmoción, una empresa francesa -con sede en ciudad ya evocadora para todo sibarita, Cognac- que también ofrece la oportunidad de ponerse al volante de un Lamborghini Gallardo Superleggera o un Porsche Cayman S en los mismos circuitos, de Barcelona, Tarragona y Valencia. La opción de la conducción por carretera sólo está disponible en la primera de estas provincias y para el Ferrari.

Los packs de GTEmoción, con distintas cantidades de vueltas (desde el mínimo mencionado hasta 20) o tiempo en carretera (15, 30 ó 90 minutos), incluyen un briefing de 20 minutos para el piloto (10 en la segunda opción), la presentación del coche y dos vueltas de reconocimiento con un Hummer H2 en el caso de los circuitos, siendo posible siempre asistir acompañado de tres personas. El número de vueltas contratadas por el mismo precio es el doble en Montmeló debido a la longitud del circuito, 1,7 kilómetros en lugar de los 3,2 y 3,1 que tienen, respectivamente, Calafata y el Ricardo Tormo (las referencias que damos corresponden al primero).

Aquellos que viven sin querer renunciar a nada tienen la opción de los packs combinados, en los que se disfruta de dos o incluso los tres modelos de coche disponibles. El mix más caro, con 20 vueltas para cada modelo, supone desembolsar 2.699 euros.

GTEmoción también oferta prácticas de pilotaje a través de vales de regalo. Escogemos un importe entre 99 y 3.000 euros,  y el destinatario lo consume como desea a lo largo de un año. Para 2009 tienen más de 20 fechas posibles, casi todas en fines de semana.

En la página web de GTEmoción es posible consultar todas las posibilidades y contratarlas, sumando, si así lo deseamos, un seguro de anulación (precio según el pack elegido) y un bautismo de drift con el piloto Manu Piget (99 euros). Un pero importante: la traducción al español del sitio deja mucho que desear, aunque no será lo que nos impida darnos uno de esos gustazos. Tampoco intenten imprimir el "cofrecito regalo" (así lo llaman) con el que comunicar el mismo al afortunado destinatario: la calidad de la imagen es pésima. 

Ahora ya pueden elegir: o se dan el capricho o siguen escribiéndole a Melchor, Gaspar y Baltasar. Eso sí, avísenme -si antes no me lo regalo yo-, soy una excelente copiloto.

Foto: Un precioso Ferrari F430. Personalmente lo preferiría descapotable pero en la vida hay que saber conformarse.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Transparencia y personalidad

Ya tocaba un post dedicado a una bebida, no vaya a pensar el público que el que suscribe es abstemio. Nada más lejos de la realidad. Y una bebida a la que tengo una especial afición es el vodka (lo de wodka con "w" lo dejamos para los polacos), que es, además, una de esas bebidas sobre las que parecía que estaba todo inventado (si no era ruso, tenía nombre ruso, y se bebía con naranja), pero que últimamente es protagonista de múltiples novedades.

Esta transparente bebida alcohólica se obtiene por destilación, utilizándose en su elaboración patata, trigo, tapioca y cereales de alto contenido en almidón.

Como ya se ha dicho, estábamos acostumbrados a los vodkas rusos como Smirnoff (tiene una variante "Black" muy curiosa), Moskovskaya (para mi, el mejor de los baratos, baratos) o Stolichnaya (cuya variante "Elit" merece la pena).

Curiosamente, su nombre significa "agua", o más exactamente, "agüita" (hay que joderse, pensará más de uno), en honor a su transparencia, suponemos.

Rompieron "el cerco ruso" en primer lugar las nórdicas Finlandia Vodka y la sueca Absolut, esta última con un diseño impecable, una apabullante variedad de vodkas aromatizados (vainilla, limón, mandarina, pimienta, frambuesa, etc.) y una estrategia de marketing admirable, que, entre otras acciones, nos regala con el continuo lanzamiento de ediciones especiales, que muchos coleccionan (Absolut Disco, botella con espejitos tipo bola de discoteca; Absolut Colors, en un envoltorio arco iris, lanzada con motivo del Día del Orgullo Gay; Absolut Bling Bling, la que podría ser la botella de Goldfinger; etc.).

Después de la revolución nórdica, llegó la moda de los vodka premium, inaugurada por los vodkas franceses, como el Grey Goose, calificado como mejor vodka del mundo por el Instituto de Cata de Bebidas; el Citadelle, obtenido del trigo; el Nuage, destilado seis veces y filtrado tres; el Kremlinskaia; el Maxim's, de la famosa casa parisina; o el Ciroc, que toma como materia prima uvas de las especies Mauzac Blanc y Ugni Blanc de las regiones vitícolas de Gaillac y Cognac, y que utiliza en su elaboración, técnicas de maceración tomadas de la viticultura.

Hoy día encontramos vodkas que vienen de los más diversos lugares. Unos vienen de Europa Central, como el Xellent, uno de mis favoritos, que demuestra que en Suiza no todo son bancos y quesos (sí, es esa preciosa botella roja con una cruz blanca que siempre llama su atención desde la estantería); el Luksusowa, un wodka premium polaco de patata; el alemán Feigling, de higo; o el Monopolowa, austríaco y de patata.

El Norte y Escandinavia siguen siendo referencias, y de allí vienen el sueco Level, que presume en la misma botella de ser "de los fabricantes de Absolut", y que cubre, con marca distinta, el segmento premium; el noruego Christiania, que presume de ser el más suave del mundo; el escocés Valt, un curioso single malt vodka; el británico Vampyre, de color rojo; el danés Danzka, reconocible por su botella metálica de aluminio; los holandeses Ketel One y Van Gogh, con una amplia gama de aromatizaciones; o el finlandés Koskenkorva, de cebada.

Más exóticos pueden resultar los vodkas americanos, como los estadounidenses Trump, una creación del millonario y abstemio Donald Trump, que se autodefine como "The World's Finest Super Premium Vodka" (lo que sugiere un precio muy alto y, seguramente, más marketing que realidad tangible), y SKYY, que ha asociado su imagen a Sexo en Nueva York al patrocinar la premier; el canadiense Banff Ice; o el colombiano Montesskaya, que se hace con un coupage de cereales.

Tampoco renuncian a hacer buenos vodkas en el Lejano Oriente, donde encontramos el japonés Banzai de los chicos de Suntory, también autores de un maravilloso whisky, el Suntory Royal, que dejan claro que los japoneses se atreven con todo; o el indio Be High.

Incluso en nuestras antípodas se atreven con este aguardiente con resultados reseñables, como ocurre con el australiano Boomerang.

E igual que han cambiado los orígenes, han cambiado los hábitos de consumo de esta bebida, que de estar prácticamente relegada al siempre delicioso Bloody Mary y al Destornillador, ha pasado a tomarse con tónica como trago largo, a ser profusamente utilizado en el nuevo auge de la coctelería, y a tomarse on the rocks en sus variantes aromatizadas, dentro de las cuales lo último de lo último es el sabor a chocolate, como el Goldenbarr, primero que abrió esta tendencia.

Ahora, que nada como tomarlo sólo, sacado del congelador ligeramente granizado, y acompañando al caviar.

Y es que si se dice que algo tiene el vino cuando lo bendicen, algo tendrá el vodka cuando James Bond era tan aficionado ("Martini con Vodka mezclado, no agitado", recuerden).

Foto: ¿Cómo resistirse a un cóctel preparado con vodka? Delicioso y de belleza impactante.

martes, 2 de septiembre de 2008

De la China, naranjas


En muchas ocasiones enviar un regalo llega a convertirse en una verdadera pesadilla o al menos en toda una odisea. Bien sea porque se trata de un mero compromiso bien porque no conocemos demasiado al destinatario bien porque deseamos ser originales o incluso, por qué no, porque no se nos da demasiado bien esta tarea, a veces el placer de regalar termina resultándonos un trabajo poco apetecible.

Difícilmente fallaremos si recurrimos a una alternativa cada vez más popular, la de las cestas de frutas, que aúnan belleza y practicidad. Y tendremos un acierto seguro si recurrimos a Naranjas de la China, una casa madrileña que crea diseños verdaderamente especiales, tanto en su composición como en la selección de los productos que utiliza: frutas exóticas, bayas y variantes baby, que proporcionan una estética menos clásica y muy plástica, pepitas de chocolate varias, flores, bonsáis...

Naranjas de la China organiza su catálogo en tres colecciones de nombres evocadores: Entre trópicos, Provenzal y Viajes de Oriente. Admite pedidos por Internet y sirve a toda España, salvo determinadas opciones que por su complejidad requieren un transporte muy delicado y entonces quedan limitadas a la Comunidad de Madrid.

Además realizan decoraciones para celebraciones privadas y eventos de empresa.

Su rango de precios es variado, de 65 a 225 euros, y ofrecen la opción de completar la cesta con accesorios infantiles cuando se trata de felicitar la llegada de un bebé.
Sólo un pero: la conozco desde hace varios años y su catálogo apenas ha variado. Valdría la pena introducir novedades.
Foto: La cesta Hortensias rojas, de la colección Provenzal de Naranjas de la China, que contiene frutos silvestres, chocolate y, claro, las flores que le dan nombre.